Prólogo de Truman Capote
A pesar de su escasísima obra narrativa –tan sólo la novela Dos damas muy serias y el libro de relatos Placeres sencillos–, la figura de Jane Bowles («esa leyenda moderna», como la calificó Truman Capote, cuyo prólogo acompaña la presente edición) se ha convertido en los últimos tiempos en una «figura de culto». Dos damas muy serias, fue saludada por Tennessee Williams como «mi libro favorito» y por Alan Sillitoe como «un hito en la literatura norteamericana del siglo XX», entre otros muchos ejemplos. La novela relata el itinerario de dos mujeres muy diferentes, en busca de su independencia y de su autenticidad. Christina Goering, rica, solterona y proclive al misticismo, busca su salvación luchando contra su naturaleza, es decir: forzándose a aventuras con desconocidos. En tanto, Frieda Copperfield quiere lograr su felicidad terrenal y no vacila en abandonar a su marido para irse a vivir con Pacífica, una joven prostituta panameña. Un doble itinerario, entre la soledad y la auto-destrucción, sin embargo tratado con un traicionero sentido del humor y una comicidad granguiñolesca. En cuanto a los seis relatos y una «escena para títeres» que componen Placeres sencillos, destacan en especial el cuento que da título al libro y el denominado «Camp Cataract», del que Truman Capote afirmó: «Tiene en su corazón, y como corazón, una sutilísima comprensión de la excentricidad y del aislamiento humanos.»