Vuelve el lacónico y «simenoniano» inspector Georges Gorski de «La desaparición de Adèle Bedeau» en una novela dotada de un humor negro sutil y sofisticado.
Un suceso inesperado empaña la rutina de Saint-Louis: un influyente abogado de la ciudad ha muerto en un accidente en la A-35. El inspector Gorski, encargado de la investigación, habrá de vérselas no solo con su homónimo estrasburgués, sino también con un joven aficionado dispuesto a hacerle la competencia: Raymond Barthelme, hijo adolescente del difunto. Mientras tanto, su vida privada se tambalea y el inspector busca, a su pesar, respuestas y refugio en los bares de Saint-Louis, donde lo espera el reparto completo de «La desaparición de Adèle Bedeau». Pero sus demonios acechan en todos los rincones, y en este caso de la A-35 cada nueva pista esconde una trampa…
Una novela de intriga à la française, con una enorme carga psicológica y agudísimos brochazos de humor.