Un exquisito y ameno libro de historia y divulgación
sobre nuestros vinos, que nos hace regresar a la segunda mitad del siglo XIX y nos enseña el papel clave de los viticultores de aquella época y la importancia de preservar los vinos de pueblo. Todo ello a través de la prosa amena y lúcida de Mees y las más de treinta fotografías y documentos que ilustran sus páginas.