Mezcla de autobiografía, ensayo cultural y documento imaginario, es un homenaje al lugar común donde seguimos siendo felices sin miedo.
Mar, arena, sol y la euforia de estar legalmente semidesnudos, la playa sigue vendiendo virtudes de paraíso natural, pero esa utopía salvaje es también un objeto eminentemente cultural, preñado de sentidos y valores sociales.