El capitalismo,hoy, está entrando en su crisis final.
Pero de este largo proceso de colapso y decadencia, de esta globalización de efectos perversos salpicada de precariedad y corruptelas, capaz de hacer resurgir las formas de dominación personal, no parece disuesta a salir una sociedad mejorada y nueva, incluso pese a las grietas por las que asoma la esperanza.