Lisboa, verano de 1940. Los nazis siguen su imparable avance y han invadido París y buena parte de Francia. La neutral capital portuguesa, situada frente al Atlántico, es un hervidero de diplomáticos, espías y sobre todo refugiados en busca de un pasaje en un buque con destino a Estados Unidos. Allí, mientras esperan poder embarcar de regreso a su país, se conocen por azar dos parejas americanas. Huyendo de París, el miope Peter Winter y su neurótica esposa Julia, obsesionada con ocultar su condición de judía, se topan con los glamourosos, sofisticados y bohemios Freleng, Edward e Iris. Entre el cuarteto se establecerán unas complejas relaciones regidas por el deseo, las pulsiones sexuales, el engaño, los secretos del pasado, los celos y la autodestrucción. Unas relaciones en las que nada es lo que parece y que desembocarán en una tragedia. David Leavitt ha escrito una envolvente novela histórica que puede evocar aromas de Casablanca, pero los giros de su narración conducen a otros territorios en los que el amor es menos puro, el engaño parece ser la base del matrimonio, la sexualidad rompe tabús y los héroes son frágiles. Los dos hoteles Francfort habla de unos tiempos convulsos, de la persecución de los judíos, de espías y de luchadores clandestinos, pero también y sobre todo de las tensiones matrimoniales, de la pasión y la mentira. Y habla, por último, de la literatura como evocación y manipulación de la realidad.