Minimoni se ha hecho mayor y, aunque continúa pintando, también hace muchas otras cosas: ir de excursión, reencontrarse cada lunes con sus amigos y amigas en el colegio, entrenar a hockey, leer en la biblioteca, jugar con su abuela... Pero los domingos no hay nada que hacer. ¡Qué aburrimiento! O quizás no... ¿Y si no hacer nada fuera otra manera de pasarlo bien?