Joana y Valentin se encuentran en plena crisis matrimonial; no se soportan y se pelean sin cesar.
En un intento por romper esa destructiva dinàmica y recobrar la armonía perdida de sus primeros años de convivencia, deciden acudir a una terapia de pareja. Pero en cuanro cruzan la puerta de la consulta comienzan de nuevo sus disputas sin sentido y cada uno procura manipular al terapeuta para que solo vea los defectos del otro. Este les propone sin éxito varios ejercicios para restablecer el diálogo entre ellos. Agotados por la sesión, deciden hacer una pausa, tras la cual el médico regresa turbado y, con aire ausente, sugiere a la pareja la posibilidad de separarse. Es entonces cuando la dinámica del diálogo cambia por completo.