1917. En un campo de batalla cerca del río Escaut, John yace sin
poder moverse ni sentir las piernas tras una explosión. Luchando
por concentrarse en sus pensamientos, se pierde en la memoria
mientras cae la nieve. En 1920 John ha regresado de la guerra a
North Yorkshire. Está vivo, pero no entero. Vive con Helena y
reabre su negocio de fotografía, intenta seguir viviendo, pero el
pasado irrumpe insistentemente en el presente, cuando unos
fantasmas empiezan a aparecer en sus fotografías. Así comienza
una narración que abarca cuatro generaciones de conexiones
que se encienden y reencienden a medida que avanza el siglo y a
veces, en momentos radiantes de deseo y trascendencia, unas
chispas vuelan hacia arriba, obrando sus transformaciones
décadas después.