Fiskadoro tiene catorce años y vive en los Cayos de Florida, en una comunidad de supervivientes del desastre nuclear que ha hecho trizas el mundo. Aunque su sueño es aprender a tocar el clarinete, por lo que recurre a Mister Chueng, mánager de la Orquesta Sinfónica y viejo albacea de lo que queda de la cultura humana, quien será su maestro y guía a través de las ruinas de la civilización. Mientras tanto Fiskadoro deberá sobreponerse a las otras lecciones que conlleva crecer: saber despedirse cuando ya no queda nada y reponerse cuando queda todo por hacer.