A sus cuarenta y siete años, la protagonista de "La buhardilla" lleva una vida apacible y monótona. Casada con un abogado aficionado a leer libros sobre batallas, madre de dos hijos y con un círculo de relaciones muy reducido, pasa gran parte del día sola. Durante un tiempo trabajó como ilustradora, pero hace años que se dedica en exclusiva a las tareas de la casa, aunque no por ello ha dejado de dibujar. La rutina que preside su vida se quiebra el día en que recibe un grueso sobre amarillo. El sobre contiene unas hojas escritas a mano que reconoce al instante: se trata de las primeras páginas de un diario que llevó durante los meses que, debido a un problema de salud, vivió alejada de su familia en una casa de campo, diecisiete años atrás. Los siguientes cinco días recibe sendos sobres amarillos con el resto de las páginas del diario. Para leer estas páginas, que le hacen revivir un episodio muy traumático que supuso un antes y un después en su vida, se retira cada día a la buhardilla, el lugar en el que suele encerrarse a dibujar y que se ha convertido en su habitación propia. Aunque tiene la certeza de que el remitente de los sobres es un hombre con el que mantuvo una extraña relación mientras vivía en el campo, ignora qué es lo que pretende al enviarle tanto tiempo después esas páginas.
Publicada en 1969, un año antes del fallecimiento de su autora, La buhardilla es la crónica desapasionada e incisiva, narrada por la propia protagonista, del día a día de una mujer que hace tiempo que se resignó a interpretar el papel de esposa y madre abnegada, y que se ha acostumbrado a guardarse para sí sus anhelos, inquietudes y preocupaciones.