Las amistades peligrosas es uno de los grandes clásicos del siglo XVIII. En sus páginas encontramos la deliciosa y libertina atmósfera del Siglo de las Luces, con su sofisticación verbal, su hipocresía social, sus secretos de alcoba y sus despiadadas ambiciones. La marquesa de Merteuil y el vizconde de Valmont, que en otro tiempo fueron amantes, se aprovechan del mejor modo que pueden de la sociedad privilegiada en la que viven. La novela adquiere forma a lo largo de las cartas que estos dos personajes amorales se van enviando. El resultado es uno de los libros más divertidos, descarados y seductores de la literatura universal.
La traducción es anónima del siglo XIX, revisada por Gabriel Ferrater.