Los Planetas eran un completo desastre en 1997. El grupo estaba hecho trizas, pero se había impuesto la misión de acabar su tercer disco como fuese. Incluso sin Florent, guitarra y compositor, que pasaría unos meses en Madrid recuperándose de sus adicciones. Ni el mánager ni el sello discográfico veían claro que el grupo pudiera tenerse en pie, pero, en su delirio, Los Planetas ya habían decidido que grabarían su tercer disco en Nueva York. Lenta y dolorosamente nacerán La Copa de Europa,Toxicismos, Línea 1, Segundo premio...
Canciones en las que laten los problemas internos del grupo y, también, los dilemas morales de cualquier artista que defiende a muerte su obra mientras ansía conquistar al gran público. Una semana en el motor de un autobús fue la consagración de Los Planetas. Pero, ¿cuántos obstáculos tuvieron que superar para grabarlo?, ¿qué obtuvieron a cambio? y, más importante, ¿a cuánto tuvieron que renunciar? Las tensiones y dudas del grupo son la materia prima sobre la que se construirá el disco más épico y amargo de la escena alternativa española de los años 90. Y todo está minuciosamente detallado en este libro, testamento y reflexión sobre el primer disco de madurez de aquella acomodada generación indie.