Después de ocho años sin publicar poesía, Benjamín Prado nos ofrece en Ya no es tarde un libro de celebración. Aunque también están presentes la denuncia social y la experiencia de la muerte, dominan los poemas en los que el acontecimiento amoroso supone una transformación radical de la propia identidad. Las miradas sobre el pasado y el futuro, la indagación en el yo y la realidad, o el sentido último del viaje, entendido como un modo de alejarse hacia uno mismo, son elementos vertebrales de esta historia que nos recuerda que intentar ser felices es otra forma de combatir a los enemigos de la justicia, la dignidad y la razón. Las palabras adquieren un sentido de plenitud, una extraña música de afirmación y confianza en la vida.