«Los cuentos no son un capítulo de una novela. No tendrían que ser leídos de corrido, como si una historia fuera la prolongación de otra. Lean uno, cierren el libro, lean algo distinto y vuelvan luego. Los cuentos pueden esperar...» Con estas palabras, Mavis Gallant cierra el prólogo a una colección de cuentos extraordinaria, por primera vez publicada en su conjunto en España, donde la escritora canadiense ha reunido lo mejor de su producción y ha seleccionado personalmente las piezas más queridas. Los treinta y cinco relatos aquí reunidos dan una idea cabal del talento de Gallant, una artista que Alice Munro considera su maestra. Los temas tratados son muchos, y por eso quizá valga la pena seguir el consejo de la autora: pasamos despacio de las reflexiones de una mujer abandonada por el marido que se empeña en permanecer fiel al matrimonio a la historia de un solterón que de pronto se ve avasallado por la ruidosa prole de su hermana; luego asistiremos al gesto de una joven que renuncia a la felicidad conyugal para dejarse llevar por el amor de un hombre que ha conocido solo por carta, o al deambular de una mujer por las calles de Madrid hace ahora muchos años. Finalmente, leeremos historias de seres exiliados, recluidos en tierras extrañas o estancados en la sala de espera de una vida mejor. Todo cabe en el mundo de Gallant, porque lo que más importa en su obra es el clima que consigue crear, la tensión de su escritura, su capacidad para dar a los silencios tanta importancia como a las palabras que intercambian sus personajes. Cada cuento de Gallant es un viaje a un lugar nuevo, donde el lector tiene la ocasión de sorprenderse y mirar su propia vida de manera distinta.