Estos extraordinarios relatos de Edna O'Brien, publicados por primera vez en castellano en una edición a cargo de Marta Orriols, son una muestra brillante de la capacidad de su autora para manejar tramas y para manipular cada palabra con el detalle de una artesana y la delicadeza de una amante. «El amor es como la naturaleza, pero al revés: primero vienen los frutos, luego las flores; al cabo de un tiempo parece marchitarse y finalmente cala hondo, tan hondo que nadie lo ve, y a menudo morimos con ese amor secreto escondido dentro de nosotros.»
Edna O'Brien John Banville habla de ella como la maestra de la fragilidad, Philip Roth nos recuerda su precisión casi cruel a la hora de diseccionar sentimientos. Y los dos aciertan. Las mujeres retratadas en estos cuentos tienen el descaro de pedirle al amor mucho más de lo que sería razonable; sin embargo saben recoger con soltura lo que queda de los platos rotos en el suelo de una cocina, y siguen adelante con toda la energía que Edna O´Brien ha puesto en sus palabras y sus gestos. Pocas veces las vemos resignarse a un matrimonio largo, donde los días se parecen unos a otros, a menudo las vemos huyendo de casas, colegios y conventos, pero en su desesperación por una vida más libre sacuden al lector y le interpelan. Es así como la gran autora irlandesa ha creado un mundo donde todo es conocido pero nada se repite, porque bastan un verbo o un adjetivo para que el mundo sea otro.