«No sé si te has enterado, pero Roberto ha fallecido», reza el mensaje de Rocío, y el corazón de Helena da un vuelco. Como el día en que advirtió que se había enamorado de su profesor de Literatura. Joven, reputada y polémica crítica gastronómica, Helena analiza, destruye y recomienda sabores y platos, pero no sabe qué hacer con su vida. Ahora tendrá que enfrentarse a sus recuerdos. En el tanatorio, la viuda de Roberto insiste en entregarle su diario, que da una versión distinta de la historia que ella recuerda. ¿Dejará que su historia sea reescrita?
Con esta novela rebosante de sensualidad, humor, inteligencia y emoción, Luna Miguel confirma su talento para elegir las palabras que han marcado su poesía y se revela como una magnífica narradora.